En esta ocasión hablamos de un centro sin ánimo de lucro, creado en el año 1980, que recrea un safari africano en Guatemala.
Mi experiencia en el sitio fue muy positiva e interesante.
Cabe decir que hay que ir preparado para el calor, y para la lluvia repentina, porque Escuintla es un departamento donde hay un clima muy tropical, por lo tanto hay calor húmedo y puede diluviar fácilmente.
Se empieza el recorrido en carro. Dentro de él se va pasando poco a poco por las distintas áreas, y en cada área hay diferentes animales. Es posible encontrar en un mismo sitio varias especies de animales conviviendo.
Hay áreas donde es necesario parquear el carro, bajarse de él, y hacer la visita andando. Por ejemplo, los diferentes miradores para ver ciertas áreas, y la zona dónde los animales estaban enjaulados, como el área de los monos capuchinos.
En el área de los leones hay una pareja, macho y hembra. En la primera vuelta que se hizo al recorrido estaban muy tranquilos y dormidos. Se decidió hacer una segunda vuelta, para ver si había suerte de verlos más movedizos.
La verdad es que en la segunda vuelta sí se movieron, y mucho. El león se paró enfrente del carro, impidiendo avanzar, y de mientras la leona estaba "jugando" con las llantas del carro.
Más tarde, se comprobaron los posibles daños, y por suerte no había.
En el recinto, se puede disfrutar de un paseo en barca, en un lago donde hay islas habitadas por monos.
Durante el paseo los monos se van intentando acercar a uno, y no sé si es porque iba sentado con los pies apoyados en el borde del bote, pero se querían acercar a mi. Antes de terminar al paseo, empezó a diluviar, y tuvimos un divertido fin del paseo en barca, las sombrillas para el sol sirvieron para proteger de la lluvia, y algunos animales, como los pavos reales, también lo hicieron.
Tal y como empezó la lluvia, sin previo aviso, terminó.
Muy importante, para comer hay un restaurante, donde se sirve pollo, ensaladas, hamburguesas, papas fritas, etc. Personalmente pedí una hamburguesa, que encontré bastante rica. Tenía mucha hambre, la verdad.
Sin saberlo descubrí que con la entrada se puede hacer uso de una gran piscina, y con el calor que había me hubiera gustado refrescarme allí, pero por mala suerte y por no saberlo, no llevaba bañador ni toalla. Ahora, para la próxima vez, ya lo sé.
Pasando en carro por el área de las jirafas |
Un leopardo a pocos metros del carro. |
Mono capuchino |
Monos que habitan en las islitas, presentes en el paseo en barca. |
La leona durmiendo la siesta |
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